LA MAGIA DE NO HACER DAÑO A NADIE

La magia de no hacer daño a nadie

Las brujas trabajan con energías positivas de sanación y amor. Ellas
hacen esto porque:

▲ Las brujas respetan la vida.

Todas las criaturas vivientes, incluido el hombre y los animales, son
manifestaciones de poder universal. Como tal
son respetados y amados, pero no maldecidos por existir.

▲ Las brujas respetan la tierra.

Durante mucho tiempo la Tierra ha sido venerada en religiones a
través de toda la historia. La Tierra es respetada como la más intensa manifestación de energía divina dentro de nuestro alcance y es también
un recurso de increíble poder, por eso, las brujas caminan ligeramente sobre ella y no hacen nada para alterar su delicado equilibrio con hechos
como la conclusión maliciosa de una vida o afligiendo con males a un ser humano.

▲ Los magos respetan el poder.

Como una fuerza universal superior, el poder es inconcebible. La
energía que dio origen a las galaxias, al ADN, a los seres humanos y a billones de formas de plantas terrestres e insectos, es algo que merece respeto. Es por ello que resultaría poco cuerdo la maldad en el poder. La mayoría de las brujas
populares no se asustan con el poder, lo respetan sabiamente. La reverencia hacia esta energía es la base de todas las religiones. Esto es lo que se
ha denominado Dios, Yemaya, Diosa, Padre, Kuwan Yin y cualquier otra concepción humana de lo divino.

▲ El poder enviado será recibido de la misma forma.

El ejecutar magia negativa o destructiva asegura que esa energía retornará al mago. La sanación, la paz y la prosperidad son energías inmensamente
más agradables para recibir. Algunos magos aceptan la concepción de la ley de tres” ,
la cual establece que las acciones mágicas son retornadas con triple intensidad a quien ejecuta el poder. El hecho de realizar un ritual destinado
a lastimar a otra persona —aún si no es efectivo— puede traer la muerte del mago.

▲ La magia es amor.

Es un movimiento de energías de unas o más fuentes naturales para efectuar
cambios positivos y de curación. Para que la magia sea efectiva, el mago debe tener amor por sí mismo, amar a los demás y amar la tierra. Sin estos sentimientos la magia se desactiva y desaparece,  transformándose en una infusión de energía destructiva, la cual termina por destruir a la bruja.

La magia no es odio; la magia es amor. Si nos amamos a
nosotros mismos estaremos dispuestos a mejorar nuestras
vidas. Si amamos a nuestros semejantes estaremos
dispuestos a ayudarles a encontrar el amor, la salud y la
felicidad. Si amamos la tierra estaremos dispuestos a trabajar
para curarla de la destrucción que han originado
cien años de “progreso” .

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