MORIR PARA RENACER

El Arte de Aceptar los Cambios

Muchas veces nos vemos enfrentados a cambios tan radicales y dolorosos en nuestras vidas que sólo tenemos dos opciones, renovarnos y transformarnos en el proceso, o voluntariamente optar por resistirnos y morir. Digo voluntariamente, porque nosotros mismos somos los que optamos por dejar de luchar, ya que por imposible que parezca, siempre tendremos la opción de sacudirnos las tristezas y seguir un nuevo camino.

Los procesos de renovación y de cambios profundos, requieren de voluntad y sacrificio, adaptarse a nuevas situaciones y desprenderse de otras, requiere coraje. Como seres humanos tenemos la tendencia a acostumbrarnos y apegarnos a personas y escenarios que nos entregan mucha estabilidad, pero que en la práctica no nos hacen crecer ni evolucionar. Nos preguntamos ¿Por qué las cosas han cambiado si estaba todo de maravillas? ¿Por qué no resultaron mis planes si eran perfectos? ¿Por qué tengo que pasar por esto, si yo era tan feliz y estaba tan tranquilo antes?

La respuesta a estas preguntas, es que debes vivir estas experiencias para poder progresar, porque si las cosas seguían como estaban, simplemente te estancabas sin tener posibilidad de regenerarte y de transformarte en un ser mejor.

La vida es como un manantial en donde corre agua fresca, limpia y renovada, va pasando a momentos por sitios pedregosos y discontinuos, otras va de modo más armonioso y amable, es ahí cuando nos detenemos a observar la perfección de su movimiento e ilusoriamente tratamos de contenerla. Detenemos así el cauce de esta agua para encerrarla y limitarla, para guardar un poco de ella y que no se nos acabe tan bello espectáculo, sin darnos cuenta que al imposibilitar su natural curso deja de ser hermosa, porque se estanca y empieza un irreversible proceso de putrefacción, contaminando todo lo que hay alrededor y en donde la única posibilidad para que se torne fresca nuevamente, es dejarla correr libremente.
     

Aprender a vivir sabiendo todo esto es simplemente un Arte. Nuestra resistencia ante el constante cambio, o ante ver que las cosas no son como pensábamos nos vuelve esclavos de torturas mentales, y de un dolor continuo por estar reviviendo el pasado, o por resistirnos a aceptar la realidad presente y las circunstancias que la vida ahora nos ofrece. Pasamos entonces a ser en el día a día seres sufrientes, prisioneros de nosotros mismos y de nuestras expectativas, que no nos permiten aceptar, ni ver las oportunidades ante los cambios.
Morir para renacer, es diferente a morir por no aceptar lo que viene, decidiendo por propia opción fallecer y desistir en vida, al ser incapaz de visualizar las nuevas posibilidades y paralizarse ante ellas.

En la transformación hay un inevitable proceso de muerte de tus antiguas ideas y comportamientos, morir para luego regenerarse requiere decisión y determinación,  ya que sabes que te volverás un ser más sabio y fuerte, pero será muchas veces a través del tiempo y del dolor. Es por eso que sólo queda entregarse al proceso sin resistencia, teniendo total seguridad que luego estarás capacitado para emprender nuevos y mejores rumbos.

En el proceso regenerativo se debe tener total certeza de que serás capaz gracias a él, de enfrentar nuevos y mayores desafíos. Resistirse a esta muerte regeneradora es envejecer y debilitarse, es a la larga prolongar un sufrimiento necesario por temor a lo que viene, por falta absoluta de fe en la Inteligencia Superior que todo lo ordena y que está muy alejada de nuestra limitada comprensión, que no es capaz de ver más allá de la vida humana presente.

Si en tu interior quieres contener agua cristalina y saludable, debes tener claro que no puedes contener siempre la misma agua. Los cambios y las renovaciones son conquistas que sólo ayudaran a que tu vuelo sea más alto, una parte de ti morirá, para que a la larga pueda resurgir un ser humano más experto y valiente, capaz de sobrellevar de mejor manera su experiencia de vida, e incluso tener la habilidad de ayudar a otros en este arduo camino del desprendimiento y del desapego.

Entrégate y transfórmate sin resistirte a cualquier momento doloroso que estés viviendo, así no prolongarás el sufrimiento, y podrás cuanto antes retomar tu ruta, la que desde ahora recorrerás más liviano y por supuesto, con una mirada y un conocimiento muy diferente de la vida.



Comentarios

Entradas populares de este blog

PAJARO MACUA

3 ORACIONES Y LAS DOCE VERDADES

ALGO MAS DE LAS BRUJAS